La personalidad del predicador tiene mucho que ver con el efecto de su mensaje. Un pintor puede ser un canalla, y sin embargo, hace una pintura que será admirada en gran manera; un escritor puede ser inmoral y no obstante producir un libro que le traiga mucha fama.
No es así con el predicador y su sermón. Son íntimamente unidos los dos; en verdad el sermón ha de ser la expresión de u misma vida y experiencia. Si no es así, lo que se llama su sermón no será sino “metal que resuena o címbalo que retiñe” (1a. Corintios 13:1).
La verdad tiene que llenar al predicador antes que él pueda proclamarla con poder que convenza. Aunque es cierto que un predicador desconocido puede engañar a la gente y aun puede haber almas convertidas a Cristo, sin embargo si ese mismo predicador permanece en el mismo lugar hasta que le conozcan, sus predicaciones llegarán a ser inútiles y aun perniciosas. Por tanto se ve que la preparación para el ministerio del evangelio no consiste en ciertas reglas para hacer sermones o la manera de darlos, sino en el desarrollo del mismo predicador.
Familia Leon Ospina
Pereira,Colombia
Compare el éxito del predicador con él de otros profesionales o artistas
¿De qué cosa es el sermón la expresión?
¿Qué debe pasar con la verdad antes que el predicador pueda proclamarla con éxito?
¿Explique qué son los posibles resultados del ministerio de un predicador de mal testimonio?
La preparación para el ministerio no consiste en,si no en:
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